viernes, 14 de marzo de 2014

INTERROGANTES Y GRANDEZAS DEL NARANJA

No viene el lobo, pero sí Matanzas y esto huele a movimiento de final, aunque no lo sea. Se adelanta que los ánimos están caldeados, que es de inocentes pretender que desde el 18 de junio de 2013, el día que Villa Clara fue campeón, los papeles con los cocodrilos están en orden.
Como recuerda un personaje célebre, hasta el último out de la Serie 53, el título de campeón está en la camiseta blanquinaranja. Dígase el ¡Play ball! y disfrutemos.




Por Mayli Estévez

Ojo por ojo y todo el mundo acabará ciego.
Mahatma Gandhi


Un aficionado en Santa Clara resumió en una frase las tensiones que desde el primer día vive el pentacampeón de la pelota cubana. (Foto: Carolina Vilches)
Quise regalarles esta frase de Gandhi, hoy que la provincia anda como aquel animado donde un niño grita para amedrentar a los vecinos: ¡Ahí viene el lobo! Es el sentido que le encuentro a toda la seguridad, reuniones, venta de tiques a las ocho de la mañana y entrada al estadio con tres horas de antelación que se ha previsto para este sábado. No viene el lobo, pero sí Matanzas y esto huele a movimiento de final, aunque no lo sea. Se adelanta que los ánimos están caldeados, que es de inocentes pretender que desde el 18 de junio de 2013, el día que Villa Clara fue campeón, los papeles con los cocodrilos están en orden.

Es obvio que bien poco está en su sitio en el béisbol cubano. De hecho hay gente que está en sitios donde no deben estar, esa es solo la parte más visible de lo regado que está el rompecabezas del pasatiempo nacional. Llaman a la disciplina desde todas las tribunas a una fanaticada que ha visto cómo de golpe y porrazo le «mutilaron» a su principal lanzador y bateador. A un pueblo que ha sido muy paciente, que primero esperó que alguien le diera razones coherentes por la exclusión de Ariel Pestano del equipo al III Clásico Mundial y ahora lo hace con el pitcher Freddy Asiel Álvarez. Espera por que otros hagan sus funciones como corresponde, como debiera ser. Si el 21 de febrero se envió una reclamación ha pasado el tiempo suficiente, y hasta el “extra de los campeones”, para recibir una respuesta oficial. ¿Tan mal anda Correos de Cuba? Sospecho que la ineficiencia esta vez le toca a otro sector. Uno que teme a que lo del cartelito de “afición indisciplinada” (se desconocen las causas) actúe como catalizador en el estadio. Otro sinsentido. Sucederá lo de siempre, los gritos serán los mismos que se escuchan contra Pinar, Santiago o Artemisa. Los improperios serán los mismos que se dicen tanto dentro como fuera del “Sandino”. Los carteles, quizás, digan más de una vez el nombre del 15 villaclareño, pero ¿quién no lo haría? A eso no hay que temerle, hay que indignarse ante el muro de las lamentaciones en que se ha vuelto la pasión beisbolera en la Isla. Lo que molesta, lo que exaspera es la actitud de «ordeno y mando». Apenas ayer, elGranma se hacía ecos de las declaraciones del vicepresidente del INDER, Jorge Polo, y ponía en contradicción lo dicho por la dirección de este organismo en la provincia. Evidentemente hay más de un problema de comunicación en este caso.

De chica me enseñaron que ninguna ocasión es adecuada para las malas noticias, por eso al mulo donde se cae se le dan los palos. Los dardos no son por protagonismos que busca la prensa, la misma que sigue pagando los platos rotos de otros, y sí, continúa siendo poca prensa también.

Se escribe y se exige respeto por la gente que todavía cree en la pelota cubana, y cada día chocan con el irritante silencio de los corderos. Esa que continúa escribiendo correos electrónicos y cartas porque no entiende, porque no pasa página. La misma gente que hoy llegará desde todos los municipios y llenará el “Sandino”.

El fanático naranja ama demasiado su historia para profanarla de alguna manera. Claro, porque ese equipo tiene pedigrí en las Series Nacionales, tiene etiqueta de grande y en tamaña medida es por su gente. Villa Clara no requiere de citas con el ojo por ojo, le interesa más llevarse la subserie. Se jugará fuerte, nadie lo dude, pero sin muchos traumas, al menos del lado local. Al final, como recuerda un personaje célebre, hasta el último out de la Serie 53, el título de campeón está en la camiseta blanquinaranja. Dígase el ¡Play ball! y disfrutemos.

Tomado del blog personal Verbiclara. Gracias a Amparo Ballester.

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